Paso 3_ MINEROS Y MINAS: LA MONTAÑA DEVORADA*

Recorrido hasta Gallarta: 6 Km

Hasta la gran explotación minera, los habitantes del valle de Somorrostro y Barakaldo compaginaban las labores agropecuarias con las de extracción y acarreo del mineral hacia los puertos.

La propiedad de los montes de Triano hasta finales del siglo XIX estaba en manos de los siete concejos del Valle de Somorrostro que se reparten el aprovechamiento comunal (bosques para madera destinada a ferrerías, hogares, astilleros, construcción…).

La explotación de los montes no estaba reglamentada, simplemente se prohibían los trabajos fuera de los meses de verano y se limitaba el número de animales destinados al acarreo.

Hasta el siglo XIX el mineral podía ser arrancado del monte sin título ni extensión determinada. Para poder extraer el mineral bastaba con colocar una cruz de piedras en el suelo, para demostrar que ese yacimiento estaba en explotación. Esto era así porque la magnitud de los criaderos era desproporcionada en relación con la escasez del consumo. No tenía valor apreciable. Se extraía mineral como quien cortaba leña del monte.

A raíz de las leyes de minas de 1859 y 1868, se permite una mayor extensión y se suprimen las limitaciones de pertenencia. Se demarcan minas, aunque no fueran explotadas, en torno a los núcleos más importantes, quedando en poder de las grandes compañías las mayores extensiones.

Al finalizar la III Guerra Carlista, en 1874, se produce la verdadera explosión en la explotación minera en la comarca. Las minas de hierro de Bizkaia y Cantabria acogieron las tecnologías más avanzadas, los mejores técnicos e ingenieros de la época, con unas infraestructuras tecnológicamente pioneras.

La mina era un mundo nuevo, desconocido, con el que aparecen nuevos conceptos y nuevos empleos: barrenadores, caballistas, peones, capataces, basculeros, pinches…; la cantina, la guitarra, el juego de bolos, la jota, el accidente laboral, la huelga… La jornada de trabajo no contaba con ninguna regulación que fijara su duración. Al principio de las explotaciones hubo minas en las que se trabajó más que de sol a sol en la época del año en que los días son más cortos, y sólo se cobraba por día trabajado.

Las duras condiciones alrededor de las minas (alza de la carestía de la vida, obligatoriedad de adquirir productos básicos en cantinas explotadas por los capataces, horarios, condiciones de seguridad...) hacían que la esperanza de vida de los nacidos en estos terrenos no superara los 20 años a finales del XIX. Una situación que llevó a que, entre 1890 y 1910, se convocaran 30 huelgas parciales y 5 generales. Entre los logros conseguidos en esta sucesión de revueltas hay que destacar la eliminación del sistema de cantinas y la reducción de la jornada a 9,30 horas (hasta 1919 no se redujo a 8 h).

La esperanza de vida de los nacidos en estos terrenos no superaba los 20 años a finales del XIX

El mineral se encontraba en la superficie del terreno. El sistema de explotación era similar al de una cantera, usando explosivos que separaban grandes masas de mineral. Después de las voladuras se desmenuzaba el mineral con picos y azadones separando los escombros con rastrillos y cestos.

Se empezó cargando el material en acémilas para ir sustituyendo el transporte animal por ingenios de planos inclinados (desde 1867), tranvías aéreos (1872) y ferrocarriles (1865) que acercaran el mineral a los 23 cargaderos que llego a haber en la ría.

Los transportes
Acarreo animal
Planos inclinados
Tranvías aéreos o líneas de baldes
Ferrocarriles: The Luchana Mining Company  |  Galdames  |  Sociedad Franco-Belga  |  Triano
Cargaderos: Sociedad Franco-Belga  |  Orconera  |  Ferrocarril de Galdames

A partir de 1895, el mineral más rico se empezó a agotar, con lo que se procedió a recuperar el que había sido inicialmente despreciado (conocido con el nombre de "txirta"). Para ello, se emplearon nuevas infraestructuras: lavaderos para separar arcillas y tierras (en 1899 se contabilizaban 17 lavaderos con 49 trómeles) y hornos de calcinación para separarlo de otras rocas (en 1919 ya había 45 a pleno funcionamiento) que permitieron lograr un producto con un nivel de hierro más concentrado.

Como muestra del volumen de extracción en estos montes, cabe señalar que Orconera Iron Ore Cº Ltd., una de las compañías principales, llegó a exportar más de 7 millones de Tn durante los últimos años del s. XIX (aproximadamente el 20% del mineral de la cuenca vizcaína). Sólo en 1894, arrancó más de 1 millón de Tn de las que más del 80% fueron exportadas al extranjero.

En estas explotaciones tuvo mucha importancia para el desarrollo económico posterior en Bizkaia la diferencia entre propietarios de las minas (mayoritariamente de carácter local) y los arrendados que lo explotaban (generalmente compañías de capital extranjero). La mayor parte del capital acumulado por las familias propietarias autóctonas fue destinado a la reinversión en infraestructuras industriales en las márgenes de la ría.

*Textos: www.ezagutubarakaldo.net

LA GRAN MINA DE HIERRO: CONCHA II O BODOVALLE

Este paseo desemboca en el enorme agujero que ha dejado la última mina de hierro en funcionamiento: la mina Concha II (cuando era explotada por la Franco-Belga) o Bodovalle (bajo el control de Agruminsa) (4). Su apertura en 1960 supuso el total desplazamiento del antiguo pueblo de Gallarta, de tal forma que el pueblo que hoy se puede ver es, casi en su totalidad, fruto de ese desalojo. Fue explotada por la compañía Altos Hornos de Vizcaya a través de su filial Agruminsa hasta que se cerró por su falta de rentabilidad en 1993.

Con 500 trabajadores, en los años 70 llegó a ser la segunda explotación de hierro en Europa. Las medidas a la vista son de 700 m de largo, 350 m de ancho y 150 m de profundidad. Su nivel inferior se encuentra 37 m por debajo del nivel del mar lo que explica la anegación actual con las aguas que pueden observarse en su fondo.

Es resultado del agotamiento del mineral en superficie, lo que hizo que en 1984 se obtuvieran los permisos para la explotación bajo tierra en galerías que se extienden más de 50 km bajo la superficie. En su interior, contiene grandes cámaras que pueden albergar el volumen de una catedral.

Museo de la Minería

Junto a la mina se encuentra, en el edificio del antiguo Matadero, el Museo de la Minería y su futura ampliación (5) con una terraza espectacular sobre el hueco de la mina. Este Museo explica el uso del hierro en diversas épocas históricas pero, básicamente, se centra en la explicación didáctica y expositiva de los elementos recuperados al abandonarse las minas.

Merece la pena detenerse ante la maqueta que explica el cambio del emplazamiento del pueblo de Gallarta y su sustitución por la corta de Bodovalle, y la que explica la profusión individualizada de transportes mineros de todo tipo adjudicados a cada compañía minera y que ilustra, en gran medida, el radical cambio paisajístico más allá de la explotación de las minas.

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